Si no hay nada que podamos hacer para iluminarnos, ¿de qué nos sirve escuchar esta enseñanza?
Para mí, el valor -y el valor siempre se mide en términos muy personales-, el valor de escuchar estas enseñanzas fue que me facilitaron mucho la vida. Esta enseñanza se convirtió en parte de mi, tanto de forma intelectual como fenoménica. La consecuencia -el efecto sobre mi mecanismo cuerpo-mente- fue que mi vida, mis reacciones a las cosas, se hicieron más fáciles. La aceptación de lo que es, en el momento se hizo más frecuente. Cuando estaba reaccionando a algo, surgía en mí el pensamiento: esta reacción es parte del funcionamiento de la Totalidad. Esta reacción no puede ser de otro modo; simplemente está ocurriendo. Y ese reconocimiento cortaba la implicación horizontal de la mente, del proceso de pensamiento que analiza, especula, considera y juzga cada pensamiento y acción. El hecho de cortar con ese proceso te devuelve directamente al momento, te devuelva directamente al aquí, te devuelve directamente al presente; y en el presente es donde está la vida.
Éste es el punto de contacto para experimentar nuestra conexión con la Totalidad, para ver lo Divino en lo ordinario. Esta conexión está siempre ahí. No hay desconexión, nunca ha habido ninguna desconexión. Todo es Uno, Todo es Dios. La experiencia de la desconexión, la experiencia de la separación, queda erradicada aquí, en el Eterno Momento Presente.
El valor de esta enseñanza está en eso, no en hacer que te ilumines. Esta enseñanza no es eficaz para hacer que te ilumines, porque tú nunca vas a estar iluminado. Y esto no se debe a una limitación por tu parte, ni por parte de la enseñanza, sino más bien al hecho de que NADIE EN TODA LA HISTORIA DEL UNIVERSO ha estado iluminado nunca. No hay personas iluminadas.
La iluminación, fenomenológicamente, es un suceso impersonal. El efecto de este evento impersonal sobre un mecanismo cuerpo-mente particular es muy variable. En cualquier caso, no produce a un superhombre.
Ramesh fue la única persona a la que oí hablar de estas cosas. Estoy seguro de que hay muchos otros que han hablado de ello, que hablan y que hablarán, pero, en mi experiencia limitada, él es el único que ha llegado a abordar este punto crucial en la cuestión de la iluminación, de «quién» está iluminado, de qué es lo que uno «consigue» iluminándose. Él continúa hablando de esto cada mañana a las diez en su centro de Bombay. Él sólo habla de esto de que no hay iluminación personal, de que tú no te vas a iluminar, de que cuando se produce la iluminación en el mecanismo cuerpo-mente, ¡el efecto neto de tal suceso es que el mecanismo cuerpo-mente al que le ocurre sabe que no existe nada relacionado con la iluminación personal!
Ahora bien, esto ayuda a explicar por qué ahora mismo (abril de 1999) sólo unas treinta personas asisten a las charlas diarias de Ramesh. Ha estado hablando regularmente sobre esto durante doce años, y anteriormente habló varios años más a los visitantes ocasionales. Tiene diez libros publicados en doce lenguas y sólo van a verle treinta personas. ¡Habrá algunos más cuando mejore el tiempo y sea más llevadero estar en Bombay! ¡Entonces el número de personas se disparará hasta unas cincuenta o sesenta! Obviamente, éste no es un mensaje muy atractivo para la mayoría de los buscadores. La idea de que tú NO vas a conseguir lo que deseas no vende. Lo que vende es decir que si lo haces bien, si lo perfecciones, y te esfuerzas en ello, si eres suficientemente diligente, ¡LO CONSEGUIRÁS!
¡Y yo te ayudaré! (Risas)
No fueron únicamente las enseñanzas de Ramesh transmitió las que fueron benéficas para mí personalmente -después de todo, ¿quién me importa más que yo mismo? (risas)-, sino la presencia de Ramesh, porque hubo una Resonancia, porque se produjo una conexión, y en la Resonancia, en la conexión, ocurrió algo muy profundo. Resulta muy difícil hablar de ello porque las palabras son muy limitantes, son muy inadecuadas para describir lo que ocurre en la conexión entre el gurú y el discípulo Aquello fue una gran bendición para mí como mecanismo cuerpo-mente que se consideraba a sí mismo un agente separado, atrapado en la red de los deseos y decepciones... Para mí, esa relación, esa conexión, ha sido la experiencia más profunda de mi vida. Y uno nunca sabe dónde va a ocurrir, o con quién. Pero cuando ocurre, es absolutamente mágica.
Wayne Liquorman
(Aceptación De Lo Que Es)
Gracias por la entrada Guille _/\_
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti y a Susana que sigue sin poder comentar aquí y me comenta en mi otro blog. :)
ResponderEliminarAbrazos!!!
Magistral. Muchísimas gracias :-)
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
http://frasesdedios.blogspot.com.es/
Namaste
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