El ego es siempre identificación con la forma, buscarte -y por lo tanto perderte- en alguna forma. Formas no son solo los objetos materiales y los cuerpos físicos. Más fundamentales que las formas externas -objetos y cuerpos- son las formas de pensamiento que surgen constantemente en el campo de la conciencia. Son formaciones de energía, más sutiles y menos densas que la materia física, pero aun así son formas. Lo que tú puede que percibas como una voz dentro de tu cabeza que nunca para de hablar es la corriente de pensamiento incesante y compulsiva. Cuando cada pensamiento absorbe por completo tu atención, cuando estás tan identificado con la voz de tu cabeza y las emociones que la acompañan que te pierdes en cada pensamiento y en cada emoción, entonces estás totalmente identificado con la forma y, por lo tanto, en las garras del ego. El ego es un conglomerado de formas de pensamiento recurrentes y pautas mentales y emocionales condicionadas a las que conferimos un sentido de «yo». El ego surge cuando nuestro sentido del Ser, del «yo soy» que es conciencia sin forma, se enreda con la forma. Esta es la consecuencia de la identificación: el olvido del Ser, el error primordial, la ilusión de separación absoluta que convierte la realidad en una pesadilla.
Eckhart Tolle
(Un Nuevo Mundo, Ahora)
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