Goza de la suavidad, y no de la excitación. Muchas personas aprenden a disfrutar de la excitación. Empiezan ya de niños, cuando sus padres o familiares les excitan. Les gusta ver a su bebé excitado y feliz. Pero sólo se trata de un bebé; cuando creces necesitas aprender a gozar de la suavidad, y no de la excitación. Por lo general, la excitación crea efectos secundarios, pero la suavidad produce la felicidad perfecta. La gente moderna disfruta con las motocicletas y artefactos similares; el taoísta es lo suficientemente sabio para gozar no de la velocidad, sino de la lentitud.
Hua-Ching Ni
(El Tao De La Vida Cotidiana)
Reflejado en http://unbosqueinterior.blogspot.com/2012/06/placidez.html
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