Para entender lo que sigue, el lector debe permitirse -ahora y en cada lectura posterior- alcanzar un estado mental adecuado. Se os pide -transitoriamente, por supuesto- que dejéis de lado todas vuestras opiniones filosóficas, religiosas y políticas, y que seáis casi como los niños, que no saben nada. Nada, eso es, excepto que realmente oís, veis, sentís y oléis. Suponed que no estáis yendo a ningún lado salvo aquí, y que nunca hubo, hay ni habrá otro tiempo salvo el presente. Simplemente sed conscientes de lo que en realidad es, sin atribuirle nombres y sin juzgarlo, puesto que estáis palpando la realidad misma y no las opiniones sobre ella. No tiene sentido tratar de suprimir los borbotones de palabras e ideas que transitan por la mayoría de los cerebros adultos, de modo que si no se detienen, dejadlas seguir como quieran y escuchadlas como si fuera el sonido de tráfico o el cloqueo de las gallinas.

Dejad que vuestros oídos oigan lo que quieren oír, dejad que vuestros ojos vean lo que quieran ver; dejad que vuestra mente piense lo que quiera pensar; dejad a vuestros pulmones respirar a su propio ritmo. No esperéis ningún resultado especial, puesto que en este estado desprovisto de palabras e ideas, ¿dónde puede existir pasado o futuro, y dónde alguna noción de propósito? Deteneos, mirad y escuchad... y permaneced aquí un momento antes de proseguir la lectura. Alan Watts (El camino del Tao)


5 may 2010

TONY PARSONS


DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN...



Me preguntaba si tus relaciones con la gente cambiaron profundamente cuando te ocurrió todo esto. ¿Perdiste relaciones o adquiriste otras nuevas?

No lo sé. Es posible. Pero eso no es verdaderamente relevante. No hay nadie. Antes de la liberación, y también después, es tan sólo lo que hay. La cosa ni mejora ni empeora. Simplemente es lo que es.

¿De modo que nada cambia de manera importante?

No en el sentido de que los valores o las cosas mejoran para el individuo, no. La liberación no es para el individuo, de modo que esto no tiene valor para la persona individual. De hecho, la liberación es lo peor para el individuo, porque es el final de la individualidad. De modo que no hay nada que ganar y todo que perder. Esto ha perdido todo, y tú aún te tienes a ti mismo.

Después de la liberación, ¿qué hace que te levantes, comas, vayas al trabajo, etcétera?

Antes de esto creías que tenías un motivo, porque tienes una vida y eres "tú" quien lo hace todo...; haces que todo ocurra.
"Tengo mi vida y voy a ir a trabajar cada día porque así ganaré un sueldo y podré pagar las facturas."
Después de la liberación, levantarse, trabajar y pagar las facturas son cosas que ocurren. Curiosamente, nunca han hecho otra cosa que ocurrir, pero tú les añades el "tú". Tú te añades a la historia de ti yendo a trabajar.

Pero si no hubiera nadie, entonces nadie necesitaría ir a trabajar; nadie necesitaría ganar dinero.

No cambia nada porque no hay nadie y no hay necesidad, excepto en el sueño de separación.

A mí me parece que podrías quedarte tumbado y simplemente ser.

Pero ¿Quién está eligiendo tumbarse y simplemente ser?. No hay un alguien. Nadie ha hecho nunca nada. Nadie hará nunca nada. La gente sólo cree que está haciéndolo en el sueño. Tumbarse, ponerse de pie, tomar el desayuno, trabajar, es lo que parece ocurrir, pero tú aún crees que tienes que hacer algo para que ocurra... "Estoy haciéndolo." De modo que el ser añade un "yo" simulado. No hay hacedor, sólo hay eso que parece ocurrir.

Si dejas de alimentar el fuego y simplemente eres...

Pero ¿Quién va a hacer eso?

No lo he calculado.

Ése es el problema. Esto es lo que digo: no hay nadie que pueda elegir dejar de alimentar el fuego y simplemente ser. No hay nadie que tenga que hacer eso. Ser es simplemente ser, con o sin el sueño de la entidad separada. Tú, que buscar el ser, eres una expresión del ser. De modo que el ser no tiene ningún requisito. Lo que es, es ilimitado, totalidad inmaculada.


Tony Parsons
(La Nada Que Lo Es Todo)


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