UN MAESTRO EXTRAORDINARIO
El estilo de enseñanza de Adya (estilo también conocido como satsang) ha sido comparado al de algunos maestros chinos del primer Chan (zen) y al de los maestros indios del Vedanta Advaita (no dualismo). Él se siente muy afín al último sabio del Advaita, Nisargadatta Maharaj, así como a otros maestros iluminados de tradiciones orientales y occidentales. Aunque sus retiros son una mezcla de meditación silenciosa, enseñanzas del dharma y conversaciones con sus estudiantes, no se centra en el desarrollo de prácticas espirituales para llegar a despertar, sino en la disolución y deconstrucción de la identidad personal.
Al igual que muchos de sus estudiantes, yo también experimenté un poderoso despertar en la presencia de Adyashanti. A pesar de que había dejado de interesarme por la idea de un maestro años antes de conocernos, y aunque había dejado de buscarlo, ese despertar me hizo ver que él era mi maestro. Entonces descubrí que un maestro/guía puede indicar a la mente la puerta de salida y abrir el corazón al amor y al radiante vacío que subyace a la existencia.
Es una experiencia extraordinaria, profunda e indescriptible, que anula todo interés adicional en la búsqueda espiritual. Aquellos que tienen esta experiencia permanecen conectados a un lugar extraordinariamente sencillo, tranquilo y abierto de su interior. Yo había estudiado seriamente las enseñanzas espirituales orientales de varias tradiciones y había sido profesora y terapeuta de buscadores espirituales; sin embargo, hasta que no descubrí a este maestro, el maestro que me hacía vibrar, no vi con claridad el poder de la extraordinaria relación entre estudiante y maestro. Me siento profundamente agradecida por este afortunado encuentro.
Adya ejemplifica las infinitas posibilidades de una vida espiritual realizada, así como la sencillez de lo ordinario. A mi parecer, él vive en la plenitud del vacío y la libertad, demostrando la relación dinámica que existe entre la fuente y la espontaneidad, entre el corazón y el humor, apreciando los aspectos formales y no formales de la existencia.
Bonnie Greenwell (editora)
(La Danza Del Vacío)
Hola Guillem:
ResponderEliminarGracias por este texto que tan bien describe lo esencial de ese proceso destinado al re-encuentro con la realidad: la necesidad de la disolución de lo personal y el acompañamiento de un auténtico maestro.
Saludos.
Gracias, es muy bueno conocer un hombre de sabiduría que nos permite acercarnos a nuestro ser interior.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te saludo con las manos juntas.
esa es la misión del Maestro "quitar la oscuridad".
ResponderEliminarEnhorabuena por descubrir quién NO eres...
un saludo
"Quitar la oscuridad"
ResponderEliminarO NO!!!
Un saludo
Hola amigos Delia y J.C.
ResponderEliminarEncantado por vuestra visita y vuestros comentarios.
Abrazos.
Hola Santosham y Siscuguillen
ResponderEliminar¿Quitar la oscuridad?
No se puede, ni se debe quitar la oscuridad. La oscuridad también forma parte del todo. A la oscuridad hay que aceptarla. ¿Quién va a aceptar...qué?
Abrazos
Una gran plenitut en ese mensdaje.
ResponderEliminarCuando vives en el vacío de la libertad, has muerto a lo trivial para encender la vela de lo escencial.
Gracias.
Hola amigos Olga i Carles
ResponderEliminarQue vuestras velas en lo escencial permanezcan eternamente encendidas.
Abrazos.