Para entender lo que sigue, el lector debe permitirse -ahora y en cada lectura posterior- alcanzar un estado mental adecuado. Se os pide -transitoriamente, por supuesto- que dejéis de lado todas vuestras opiniones filosóficas, religiosas y políticas, y que seáis casi como los niños, que no saben nada. Nada, eso es, excepto que realmente oís, veis, sentís y oléis. Suponed que no estáis yendo a ningún lado salvo aquí, y que nunca hubo, hay ni habrá otro tiempo salvo el presente. Simplemente sed conscientes de lo que en realidad es, sin atribuirle nombres y sin juzgarlo, puesto que estáis palpando la realidad misma y no las opiniones sobre ella. No tiene sentido tratar de suprimir los borbotones de palabras e ideas que transitan por la mayoría de los cerebros adultos, de modo que si no se detienen, dejadlas seguir como quieran y escuchadlas como si fuera el sonido de tráfico o el cloqueo de las gallinas.

Dejad que vuestros oídos oigan lo que quieren oír, dejad que vuestros ojos vean lo que quieran ver; dejad que vuestra mente piense lo que quiera pensar; dejad a vuestros pulmones respirar a su propio ritmo. No esperéis ningún resultado especial, puesto que en este estado desprovisto de palabras e ideas, ¿dónde puede existir pasado o futuro, y dónde alguna noción de propósito? Deteneos, mirad y escuchad... y permaneced aquí un momento antes de proseguir la lectura. Alan Watts (El camino del Tao)


15 dic 2011

UNA BÚSQUEDA SIN FIN


El reino de los cielos se extiende por toda la tierra, pero los hombres y las mujeres no se dan cuenta porque están tan perdidos en su sueño de individualidad que no lo ven.

Creemos que somos personas, individuos nacidos en un mundo indiferente -y en ocasiones cruel- en el que debemos encontrar un significado, un propósito y la felicidad. Y esta creencia está muy extendida, no hay más que pensar en los últimos dos mil años de historia de la humanidad para darse cuenta de que puede que sea un sueño, ¡pero qué convincente resulta!

Perdidos en este sueño, a menudo deseamos poder despertar de él, por ello muchos nos interesamos por la espiritualidad -oriental u occidental-, porque nos promete mucho más que todo eso: una cierta dimensión de la existencia que tenga más sentido, algo divino, puro y maravilloso, algo lleno de paz y desprovisto de sufrimientos. En cualquier caso, ¡algo mejor que este caos terrestre!

A veces oímos hablar de individuos que han alcanzado la iluminación, que han encontrado a Dios o que han experimentado una pérdida total del yo, y hacemos de ellos nuestros maestros, nuestros gurus, porque queremos lo que ellos tienen, porque anhelamos experimentar lo mismo que ellos: parecen ser tan felices, sentir tanta paz, estar tan libres de todo el sufrimiento humano. Hasta puede que dediquemos nuestra vida a seguirlos, a venerarlos, a escuchar sus charlas y a leer sus libros veinticuatro horas al día.

Puede incluso que vendamos nuestra casa, abandonemos a nuestra familia y nos vayamos a meditar a una montaña de India. También es posible que nos cambiemos de nombre, que nos vistamos con ropajes espirituales y que comamos comida espiritual. O que renunciemos al cuerpo, rechacemos todos los deseos y ayunemos hasta quedarnos en los huesos. Ni que decir tiene que todo esto tiene su razón de ser. No hay nada que objetar, todo esto es maravilloso y completamente adecuado, pero no servirá para ponerle fin a la búsqueda: porque mientras sigas haciendo algo para llegar a algún sitio, estarás atrapado en la búsqueda. Mientras te pongas a meditar para alcanzar un estado de paz interior, seguirás atrapado en la búsqueda. Mientras intentes ver que todo es una Unidad, que todo está conectado, que todo es una manifestación de Dios, seguirás atrapado en la búsqueda. Mientras sigas queriendo despojarte del ego, seguirás atrapado en la búsqueda. Mientras sigas intentando estar presente en el momento, seguirás atrapado en la búsqueda. Mientras sigas intentando convertirte en algo distinto de lo que eres, o incluso mientras intentes ser lo que eres, seguirás atrapado en la búsqueda. Incluso seguirás atrapado en la búsqueda si intentas ponerle fin.



¡Tanto intento, tanto esfuerzo! ¡Acaso no es más esfuerzo aún esforzarse tanto por poner fin al esfuerzo? En realidad, esto es lo que se conoce como una situación de "doble vínculo" [Es un doble mensaje, un dilema o una paradoja que los expertos en comunicación denominan "doble vínculo" (en inglés, double bind)]: mal si haces algo y mal si no haces nada.

Entonces, ¡qué hacer cuando no se puede hacer nada? ¡Buena pregunta! Cualquier sugerencia sería una simple forma de mantener viva esa búsqueda. Mientras la mente (y al decir "mente" quiero decir pensamiento) pueda seguir haciendo algo, su continuidad está asegurada. La mente incluso conseguirá mantenerse en pie diciendo: "¡Pues si no hay nada que yo pueda hacer, dejará de buscar!", y hará intentos desesperados por abandonar la búsqueda pero, al mismo tiempo, tendrá asegurada su existencia: una persona aislada que intenta abandonar la búsqueda se siente incluso más desesperada, lo cual la incita a seguir buscando, como el pez que se muerde la cola.

Por tanto, si no hay nada que puedas hacer ni dejar de hacer, ¿qué puedes hacer?

No, no te voy a dar ninguna respuesta. La búsqueda de respuestas a tus preguntas es sólo una búsqueda más.


¿No te das cuenta de que a la mente le encanta hacer preguntas? Porque mientras pueda hacer preguntas tiene asegurada su continuidad: porque existe un concepto de pasado, de futuro, de individualidad, porque hay una persona que es la que hace las preguntas y que acabará encontrando las respuestas.

¿No crees que si realmente hubiera respuestas ya las habrías encontrado? ¿Acaso no te han dado ya bastantes respuestas? ¿Acaso no tienes las estanterías repletas de libros con respuestas, repletos de ellas?

¿Sabes qué ocurre? Que este hacerse más y más preguntas debe continuar porque la mente debe continuar, no quiere tirar la toalla, no quiere morir. Las respuestas a tus preguntas surgen una y otra vez, pero la mente no puede aceptar que sean reales porque eso aniquilaría las preguntas y con ellas, a quien se la plantea. El sujeto que se plantea las preguntas nace y muere con ellas. Ambos son interdependientes.

Por tanto, la mente debe continuar para poder hacer preguntas y esperar respuestas. ¡Su propia existencia está en juego! Y así es como continúa la gran búsqueda: "¡Algún día me liberaré! ¡Algún día me habrá liberado!"

¡Y por qué no hoy? ¡Y por qué no ahora? Y si ahora no ¿cuándo?

¿Qué respuestas estás esperando?

¡Qué preguntas te estás planteando?


Jeff Foster
(La Vida Sin Centro)

8 comentarios:

  1. ¡Y por qué no hoy? ¡Y por qué no ahora? Y si ahora no ¿cuándo?

    ¿Qué respuestas estás esperando?

    ¡Qué preguntas te estás planteando?

    ... nervioso eludiendo las preguntas mira para otra parte....

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  2. ...Por qué hay gente que no siente ninguna necesidad de búsqueda?
    ...Por qué hay gente que sí?
    Acaso no es por que los que no buscan, tan simple viven la vida tal cual con sus mas y sus menos?
    Acaso no es por que la gente que busca en algún momento ha intuido el "Todo",o vislumbrado el "Todo"?

    Cierto, el ego se hace muchas preguntas, a veces sin respuestas razonables, por que las respuestas son los no-conceptos, donde sólo se pueden comprender sin la razón, sin la mente que piensa.
    Una vez comprendido esto no hay otra manera de vivir, no hay marcha atrás. Se deja de ser una persona normal (lo que la sociedad llama normal) para convertirte en una especie de loco...Pero yo digo "Bendita Locura".

    Un abrazo Guillem

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  3. Un Buscador Espiritual amiga Xaro esta loco por que busca a Dios en cualquiera de su formas, su locura consiste en que no entiende que es Dios el que si gusta,... lo encuentra a el.

    Bendita locura ?

    Bueno.....

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  4. Aquí discrepo amigo Juan, está o se le dice loco, por que de alguna manera lo intuye, no sólo lo busca, al tiempo que sabe que no hay diferencia entre él y Dios.
    Seguramente hablamos de lo mismo pero con difernetes estilos, como suele pasar normalmente.
    Un abrazo.

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  5. Me encanta que discrepes, pero no,...no hablamos de lo mismo, ademas mi estilo es menos sinuoso.

    Si se sabe que no hay diferencias y lo busca, eso se llama "Fragmentacion" entre el que sabe y el que busca.

    Pero si tu lo encuentras una bendiciòn, pues que asi sea.

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  6. Hola Juan

    Por favor, me gustaría que profundizases más al respecto. Sinceramente no me queda del todo clara tu opinión.

    Gracias anticipadas y saludos para todos.

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  7. Cualquier tipo de búsqueda dicese Material u Espiritual, tanto monta monta tanto, implica una carencia, se busca aquello de lo que se carece. Dentro del contexto de "La vida sin centro" - Jeff Foster, se hace claro que todos los mecanismos que pone Jeff giran en torno a desarticular al "Buscador Espiritual", te da entender que lo que impide no observar diferencias "Ser", es la dichosa búsqueda. El Ego posiblemente tenga un vislumbre del "Ser", eso le hace codiciar lo que el cree es un estado a poseer, como lo pierde, reinicia la búsqueda. Que para algunas conciencias individualizadas sea una bendición buscar lo que ya eres, resulta cuanto menos chocante para mi, pero eso no es importante..

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  8. Gracias.
    Me ha quedado claro.

    Saludos.

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