LA INDAGACIÓN
Aunque estemos apartando o extrayendo nuestra identidad del pensamiento, de la sensación y de la personalidad, debemos darnos cuenta de que no se trata de negar estos elementos externos de la experiencia ni de disociarnos de ellos. La indagación no es una práctica basada en la expulsión de nada; es, simplemente, una forma de conseguir que la identidad se despierte del sueño de la separación. Pero aunque se despierte, el cuerpo seguirá ahí. La personalidad seguirá ahí. El ego seguirá contando con una estructura rudimentaria. La diferencia está en que cuando nos hayamos reconocido como conciencia, nuestra identidad podrá empezar a descansar en su esencia. Ya no buscaremos lo que somos en nuestro cuerpo, en nuestra personalidad, en nuestros pensamientos o creencias. Lo que somos descansará en su fuente.
Cuando descansemos en nuestra fuente, el cuerpo, la mente, la personalidad y las sensaciones se armonizarán. Al hablar de armonía ne refiero a que dejarán de estar divididos. Creo que casi todos los seres humanos reconocen que el ego suele definirse por una cierta división interna; determinadas partes de nuestro ego están en guerra o en conflicto con otras. Queremos ser alguien que realmente no podemos ser. Queremos pensar pensamientos que realmente no podemos pensar. Queremos tener formas que realmente no tenemos. Queremos ser mejores de lo que en realidad somos. Cuando nuestra identidad está atrapada en el ego-personalidad, todos experimentamos estas ideas y sensaciones conflictivas. Misteriosamente, cuando alejamos nuestra identidad del ego-personalidad, este ego-personalidad se armoniza. Esta armonía posiblemente no surja enseguida de la forma más profunda posible, pero el viaje comienza ahí. Como dejamos de identificarnos con el cuerpo, con la mente y con la personalidad, conseguimos que se armonicen.
Adyashanti (Meditación Auténtica)
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