Dependemos de la naturaleza
no sólo para nuestra
supervivencia física.
También
necesitamos
a la naturaleza
para que nos enseñe
el camino a casa,
el camino de salida
de la prisión de nuestras mentes.
Photo by Guillem
Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar:
estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas.
Hemos olvidado lo que las rocas,
las plantas y los animales ya saben.
Nos hemos olvidado de ser:
de ser nosotros mismos,
de estar en silencio,
de estar donde está la vida
Aquí y Ahora
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Llevar tu atención a una piedra, a un árbol o a un animal,
no significa “pensar en ellos”,
sino simplemente percibirlos, darte cuenta de ellos.
Entonces ellos te transmiten algo de su esencia.
Sientes lo profundamente que descansa en el Ser,
completamente unificado con lo que es y con donde está.
Al darte cuenta de ello, tú también entras
en un lugar de profundo reposo
dentro de ti mismo.
Cuando camines o descanses
en la naturaleza,
honra ese reino,
permaneciendo allí plenamente.
Serénate. Mira. Escucha
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Observa como cada planta y animal
son completamente ellos mismos.
A diferencia de los humanos,
no están divididos en dos.
No viven a través de imagines mentales
de sí mismos, y por eso no tienen que
preocuparse de proteger y potenciar
esas imágenes.
Todas las cosas naturales,
además de estar unificadas consigo mismas,
están unificadas con la totalidad.
No se han apartado
del entramado de la totalidad
reclamando una existencia separada:
“yo”, el gran creador de conflictos.
Tú no creaste tu cuerpo,
y tampoco eres capaz
de controlar las funciones corporales.
En tu cuerpo opera una inteligencia mayor que la mente humana.
Es la misma inteligencia que lo sustenta todo en la naturaleza.
Para acercarte al máximo a esa inteligencia,
sé consciente de tu propio campo energético interno,
siente la vida,
la presencia que anima el organismo.
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Cuando percibes la naturaleza
tan sólo a través de la mente,
a través del pensamiento,
no puedes sentir su plenitud de vida,
su ser.
Únicamente ves la forma
y no eres consciente
de la vida que la anima,
del misterio sagrado.
El pensamiento reduce la naturaleza
a un bien de consumo,
a un medio de conseguir beneficios,
conocimiento,
o algún otro propósito práctico
Observa, siente un animal, una flor, un árbol,
y mira como descansan en el Ser.
Cada uno de ellos es él mismo.
Tienen una enorme dignidad, inocencia, santidad.
En el momento en que miras más allá de las etiquetas mentales,
sientes la dimensión inefable de la naturaleza,
que no puede ser comprendida por el pensamiento.
Es una armonía, una sacralidad
que además de compenetrar la totalidad de la naturaleza,
también esta dentro de ti..
El aire que respiras es natural,
como el propio proceso de respirar
Dirige la atención a tu respiración
y date cuenta de que no eres tú quien respira.
La respiración es natural.
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Necesitas que la naturaleza te enseñe
y te ayude a reconectar con tu Ser.
No estás separado de la naturaleza.
Todos somos
parte de la Vida Unica
que se manifiesta en
incontables formas en todo
el universo, formas que están,
todas ellas, completamente interconectadas.
Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad
en las que una flor o un árbol existen,
tú añades algo a esa flor o a ese árbol.
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Pensar es una etapa en la evolución de la vida.
La naturaleza existe en una quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento.
Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento.
La quietud que esta más allá del pensamiento contiene una dimensión añadida de conocimiento, de conciencia.
La naturaleza puede llevarte a la quietud.
Ese es su regalo para ti.
Cuando percibes la naturaleza y
te unes a ella en el campo de quietud,
este se llena de tu conciencia.
Ese es tu regalo a la naturaleza.
A través de ti, la naturaleza
toma conciencia de sí misma.
Es como si la naturaleza
te hubiera estado esperando
durante millones de años para hacerlo.
Eckhart Tolle.
La Naturaleza es un libro abierto que núnca hay que cerrar. En ella esta escrita nuestra vida.
ResponderEliminarGracias-
Como tú lo dices en el encabezamiento de tu blog. " ....Conciencia es lo único que hay"
ResponderEliminarGRACIAS...muy buen post.
Te saludo con las manos juntas.
La naturaleza acompasa nuestro ritmo interior, nos ralentiza, nos da paz.
ResponderEliminarMuy bueno tu escrito.
Gracias.
Un abrazo para tí, Guillem.
Querido Guillem
ResponderEliminar"La naturaleza vive en un estado de quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento"
Poder contemplar y aprender a entender como la naturaleza se expresa sin esfuerzo, es sin duda una maravillosa forma de aprender a conocernos a nosotros mismos y reconectarnos con el Ser.
Un abrazo
Maribel
Magnifico post Guillem.
ResponderEliminarGràcies.
Gracias Guillem por tu magnífica entrada
ResponderEliminarObserva, siente un animal, una flor, un árbol,
y mira como descansan en el Ser.
Estupenda reflexión
somos parte de la naturaleza q. nos ama, nos nutre, nos cobija, sin pedirnos nada a cambio, nos enseña con su ejemplo,
es la gran maestra de la vida, sin ella todo lo demás no tendría sentido
un fuerte abrazo
Gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarAbrazos
Guillem