¿Cómo, viviendo así, funcionas en el mundo? ¿Cómo lo haces?
No es algo que se debe preguntar. Todo cuida, de algún modo, de sí mismo. Las cosas, de algún modo, se hacen. Esto se despierta cada mañana, se viste y come cuando tiene hambre. Yo no puedo separarme de lo que está ocurriendo. A fin de cuentas, yo soy lo que está ocurriendo, lo que no deja de ser otra forma de decir que aquí no hay nadie.
Pero el personaje Jeff Foster sigue funcionando y sigue viviendo su vida, un auténtico regalo. Todas las preguntas se desvanecen. Ya no me pregunto cómo me relaciono con la vida, porque esa pregunta ha dejado, para mí, de tener sentido. Lo único que existe es el despliegue de la vida y la inmensidad o, dicho de otro modo, la nada jugando a serlo todo.
Y eso es algo que las palabras, obviamente, ni siquiera rozan. Es una intimidad que jamás podrá expresarse verbalmente. La intimidad con la respiración, la intimidad con el latido cardíaco, la intimidad con el cuerpo, con la silla, con la mesa, con los árboles y con las flores, la intimidad con todo tal cual es. Todo es mío y nada es mío, una aparente paradoja que acaba desvaneciéndose en la absoluta simplicidad de lo que es.
Jesús dijo que, si quieres salvarte, deberás perder tu vida y, cuando todo se ha perdido, es decir, cuando ya no queda ninguna pregunta, cuando toda búsqueda se desvanece, una se queda simplemente con el misterio y todo es limpio. Cuando contemplamos entonces el mundo, lo vemos siempre por vez primera con los ojos de un niño, como el interminable desfile de todos los infinitos disfraces que asume el amor.
Jeff Foster
(Una Ausencia Muy Presente)
Maravilloso texto de Jeff Foster!
ResponderEliminarGracias por traerlo Guillem... _/\_