Entonces, ¿no existe Munich? {Risas}
No, no existe Munich. No existe Munich, ni Londres, no hay nada más que esto. Si te pones de pie y sales fuera, lo que surja al salir de aquí será la nada emergiendo como todas las cosas y tendrá el aspecto de una escalera. De modo que no tienes que ir a ninguna parte ni tienes que saber nada. La iluminación no tiene nada que ver con saberlo todo, con verlo todo, con ver lo que está ocurriendo en África, porque esto es todo. Esto es totalmente todo.
Pero si estoy en África, entonces África es todo.
Sí, absolutamente.
Y mientras estoy en África esto no existe.
No, absolutamente no. Tu casa no existe, tu amante no existe... ¿Tienes un amante? {Risas}
¿De modo que esto es todo lo que hay?
Esto es todo lo que hay, y lo que la mente crea que puede hacer al respecto no tiene ninguna importancia. Dondequiera que la mente vaya, y cualquier cosa que haga, sólo es el ser apareciendo como esto.
La totalidad de esta manifestación promueve, en cierto sentido, la paradoja de que eres una persona separada, sentada en una habitación con otras setenta u ochenta persona separadas. "Yo soy algo. Él es algo. Tom es algo. Y Tony Parsons es algo" Mientras que en la realidad la nada simplemente le está hablando a la nada. La nada le dice a la nada: "La nada y el todo ya existen."
¿La experiencia del cuerpo-mente no es diferente de la experiencia del pensamiento?
No, simplemente es lo que está ocurriendo. Tengo que decir que cuando parece ocurrir el despertar, una de las últimas cosas que se va es el sentido del lugar, porque tenemos muy grabado que éste es mi cuerpo y voy caminando por ahí. Cuando salgo caminando de aquí, eso es lo que se ve. En cierto sentido eso es lo último que desaparece. La toma de conciencia de que este cuerpo sólo es un cuerpo. No es el cuerpo de alguien. No tiene dueño.
Siempre pienso en mi infancia y probablemente es el primer lugar que tengo en mi memoria... Aquello está allí y aquel soy yo, esto eres tú...
Y una parte muy importante de esto es buscar el placer y evitar el dolor. De modo que, después de la separación, como ya hay un anhelo, buscamos el placer y evitamos el dolor, y así empezamos a convertirnos en "hombres de negocios". Sonreímos de manera natural a nuestra madre y ella nos devuelve la sonrisa, y como nos gusta seguimos haciéndolo.
Tony Parsons
(La Nada Que Lo Es Todo)
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