Para entender lo que sigue, el lector debe permitirse -ahora y en cada lectura posterior- alcanzar un estado mental adecuado. Se os pide -transitoriamente, por supuesto- que dejéis de lado todas vuestras opiniones filosóficas, religiosas y políticas, y que seáis casi como los niños, que no saben nada. Nada, eso es, excepto que realmente oís, veis, sentís y oléis. Suponed que no estáis yendo a ningún lado salvo aquí, y que nunca hubo, hay ni habrá otro tiempo salvo el presente. Simplemente sed conscientes de lo que en realidad es, sin atribuirle nombres y sin juzgarlo, puesto que estáis palpando la realidad misma y no las opiniones sobre ella. No tiene sentido tratar de suprimir los borbotones de palabras e ideas que transitan por la mayoría de los cerebros adultos, de modo que si no se detienen, dejadlas seguir como quieran y escuchadlas como si fuera el sonido de tráfico o el cloqueo de las gallinas.

Dejad que vuestros oídos oigan lo que quieren oír, dejad que vuestros ojos vean lo que quieran ver; dejad que vuestra mente piense lo que quiera pensar; dejad a vuestros pulmones respirar a su propio ritmo. No esperéis ningún resultado especial, puesto que en este estado desprovisto de palabras e ideas, ¿dónde puede existir pasado o futuro, y dónde alguna noción de propósito? Deteneos, mirad y escuchad... y permaneced aquí un momento antes de proseguir la lectura. Alan Watts (El camino del Tao)


6 feb 2012

SIMPLEMENTE OCURRE


· ¿De modo que se produce una rendición y una aceptación de que, a cada momento, todo lo que ocurre, todo lo que surge es exactamente tal como debe ser?

No, no tiene nada que ver con eso, en absoluto. No tiene nada que ver con la aceptación. Esto no tiene que ver nada con que alguien acepte lo que está ocurriendo en el momento, porque no está ocurriendo nada, no hay momento y tampoco hay "alguien".


· ¿Tiene algún sentido que la unidad reconozca a la unidad?

La unidad no reconoce a la unidad. Sólo hay unidad. No hay acción. Todo lo que hay es esto. El ser es totalmente inactivo y en su seno surge la acción aparente.


· Si nadie sabe el aspecto que tiene esta pared para Tony Parsons, parece que hay un sentido de separación.
Lo cual es contradictorio..., ¿entiendes lo que quiero decir?

Sí. En el sueño de ser un individuo separado, todas las cosas surgen únicamente porque sólo hay eso. De modo que, en ese sueño, todo es total y únicamente para ese buscador aparente. En la liberación persiste esa cualidad de algo "único". La diferencia es que allí no queda nadie a quien le está ocurriendo eso. Simplemente ocurre. Y lo que también se ve es el misterio de que es la nada (o no-cosa) surgiendo como "cualidad de único". Es totalmente incomprensible. Nunca puede entenderse que en la liberación, cuando no hay nadie, cuando toda separación se ha caído, sigue habiendo una celebración de la dualidad única que parece surgir. Pero esa dualidad es contemplada como el juego de ser. De modo que entonces se celebra la aparente dualidad.

· Y entonces, ¡nosotros aún seguimos celebrando?

La aparente dualidad, o este mundo que vemos, este sueño que vemos, entonces es celebrado por "nadie".


· ¿Cómo dualidad y no-dualidad?

No hay dos. La unidad surge y aparece como dos.

· Es un misterio, una paradoja.

Sí. Nunca lo entenderás porque tú estás ahí, intentando entenderlo. Cuando no hay nadie ahí sólo hay ser.

·¿No es eso ausencia de mente?

No. El pensamiento sigue ocurriendo. No hay nada equivocado en ninguna parte. En la liberación todo puede ocurrir. No se niega nada, y eso incluye el pensar. La idea de que, de algún modo, el pensamiento está divorciado de la unidad sólo es otra forma de ignorancia. Todo lo que hay es el ser pensando. "Quiero una taza de té." "Me estoy quedando en bancarrota." "Ella no me quiere." Los pensamientos surgen. Un pensamiento surge, otro pensamiento surge, otro pensamiento surge... Eso son pensamientos ocurriendo, y hay momentos en los que los pensamientos no ocurren.


Tony Parsons
(La Nada Que Lo Es Todo)



2 comentarios:

  1. "... cuando no hay nadie ahí sólo hay ser"

    Muy buena entrada Guille! Gracias...

    ResponderEliminar
  2. Justo en ese preciso momento entre pensamiento y pensamiento, por una milésima de segundo ahí se produce la beatitud.
    Gracias Guille muy buen post
    Un abrazo

    ResponderEliminar