Para entender lo que sigue, el lector debe permitirse -ahora y en cada lectura posterior- alcanzar un estado mental adecuado. Se os pide -transitoriamente, por supuesto- que dejéis de lado todas vuestras opiniones filosóficas, religiosas y políticas, y que seáis casi como los niños, que no saben nada. Nada, eso es, excepto que realmente oís, veis, sentís y oléis. Suponed que no estáis yendo a ningún lado salvo aquí, y que nunca hubo, hay ni habrá otro tiempo salvo el presente. Simplemente sed conscientes de lo que en realidad es, sin atribuirle nombres y sin juzgarlo, puesto que estáis palpando la realidad misma y no las opiniones sobre ella. No tiene sentido tratar de suprimir los borbotones de palabras e ideas que transitan por la mayoría de los cerebros adultos, de modo que si no se detienen, dejadlas seguir como quieran y escuchadlas como si fuera el sonido de tráfico o el cloqueo de las gallinas.

Dejad que vuestros oídos oigan lo que quieren oír, dejad que vuestros ojos vean lo que quieran ver; dejad que vuestra mente piense lo que quiera pensar; dejad a vuestros pulmones respirar a su propio ritmo. No esperéis ningún resultado especial, puesto que en este estado desprovisto de palabras e ideas, ¿dónde puede existir pasado o futuro, y dónde alguna noción de propósito? Deteneos, mirad y escuchad... y permaneced aquí un momento antes de proseguir la lectura. Alan Watts (El camino del Tao)


27 sept 2009


LA MUERTE


Existen muchas ideas falsas acerca de la muerte y aquellos que saben discriminar entre lo permanente y lo transitorio no deberían estar bajo estas falsas impresiones. Tanto la vida como la muerte son conceptos, la una siendo la ausencia de la otra. La muerte es sólo la aparente ausencia de la vida y no es una cosa que exista en sí como tal. La vida misma es simplemente un concepto extendido en el espacio-tiempo y por lo tanto también la muerte. Hay una manifestación fenoménica de viv-ir
y
mor-ir, pero no puede haber una entidad objetiva como vivi-dor de la vida o mor-idor de la muerte. Lo-Que-Somos (la Consciencia) se manifiesta en el espacio-tiempo como una apariencia de viv-ir, y el funcionamiento de todas las apariciones aparentes constituye lo que llamamos "vida", que en sí misma es también un concepto. Esta apariencia de viv-ir desaparece en la apariencia de mor-ir, pero la comprensión de la diferencia básica entre permanencia y transitoriedad debe incluir el hecho de que Lo-Que-Somos no puede ni "vivir" ni "morir". El jñani ignora los conceptos transitorios tanto de vivir como de morir y habita en la presencia nouménica que somos todos. En resumen, ¿qué es lo que puede morir?. Únicamente la "materia. Sólo la materia puede nacer y morir. Ramesh S. Balsekar (Un dueto de uno)

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